miércoles, 7 de julio de 2010

los mil y cinco escalones


El lunes 5 de Julio fui al museo del estanquillo, se encuentra sobre la calle Isabel la Católica y la avenida Madero en la colonia Centro (a una cuadra de la explanada del zócalo y a lado de la tienda de música mix up).

Al entrar, pude observar una fotografía del reciente escritor fallecido Carlos Monsiváis. Lo observe por un momento y me dirigí a mi destino; doble a la izquierda y deje mis pertenencias, esperé unos minutos al elevador pero tardó. Viendo que mis esperanzas en que bajara el elevador eran mínimas subí las escaleras.

Las escaleras son largas y empinadas, crees que saldrás volando en un momento de esos pero sólo es el efecto que produce el color morado en la pared, ya que no hay ninguna imagen sobre esta.

Cuando llegas al primer piso, tienes aire; puedes caminar pero tú respiración es algo cortada; Las puertas eléctricas se abren y te dan tú espacio para que entres. Ya adentro te transportas a la época de 1900, un lugar tradicional y lleno de humor político.

Segundo piso; tus pulmones no pueden oxigenar una tercera parte de tú cerebro. Respirarás hasta por la boca, pero lograras seguir adelante. Aquí encontraras diversas imágenes de la época, además de cartas, imágenes, fotografías y un sin fin de cosas tan bellas. Tercer piso; te detienes a la mitad de las escaleras para poder respirar, no lleven mochila ya que si van y en su día está descompuesto el elevador no aguantaran. En este piso no hay nada más que una sala de proyecciones que por el momento está cerrada.Cuarto piso; estas sudando, gotas de sudor se ven reflejadas en tú frente, tú cuello está brilloso y las manos tratan de detenerse poco a poco para no sufrir las consecuencias. Deseas un poco de aire, de oxigeno nuevo, del airecillo frio que en navidad suele hacer. Ahora sí, tus plegarias han sido escuchadas; podrás disfrutar de un ambiente magistral en la terraza que hicieron: lugar para sentarte, sacar tú computadora portátil y tomar una bebida para disfrutar esa vista del centro una tarde de verano.

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